Vaya por delante mi total admiración a Lance Armstrong. El siete veces ganador del Tour de Francia ya es uno de los grandes animadores del año triatlético tras su exhibición en el 70.3 (Half Ironman) de Panamá, donde firmó una estupenda segunda plaza pese a tratarse de su debut en la distancia.
Sin embargo, el tejano cometió una irregularidad en este triatlón centroamericano que mereció una sanción. Tiró su gorro de baño al suelo, cuando debía haberlo hecho en su zona de boxes (lo podéis ver en el segundo 49 del siguiente vídeo). El reglamento penaliza este tipo de acciones haciendo parar al infractor durante siete minutos en los boxes o en el penalty box.
No me creo que haya sido una distracción de los jueces o que, simplemente, no se sepan el reglamento. ¿Qué habría pasado si esta irregularidad la hubiera cometido otro triatleta que no se llamara L. A.?
Se lo pueden preguntar a nuestro campeonísimo Marcel Zamora (cinco veces ganador en el IM de Niza), quien fue descalificado el pasado verano en Embrun por algo similar (tirar una chaqueta al suelo), cuando iba en primera posición. En su caso le aplicaron la máxima sanción posible: no le dejaron iniciar la carrera a pie.
La justicia debería ser igual para todos. ¿O no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario